¿Tú también hiciste concesiones?
¿A cuántas de vosotras os ha pasado que al emprender tenéis precios bajos porque os dan la oportunidad de empezar? Hoy es 19 de noviembre y se celebra el Día Internacional de la Mujer Emprendedora. Yo misma, y tú, seguro, si me estás leyendo… Y llevo varias semanas rumiando el tema de con qué precios empezar, si los pasos que di fueron los mejores y cómo estoy actualmente. O lo que es lo mismo: qué concesiones y límites establecer cuando emprendes.
Porque yo hice concesiones… y eso me ha supuesto replantearme, plantarme y negociar. Es decir, poner límites. De modo que si estás emprendiendo, quiero compartirte algunos apuntes de mi experiencia.
Concesiones al emprender
El primer punto que hay que tener claro cuando vayas a poner precio a tus servicios y productos es cuál es tu propuesta de valor agregado y en qué te diferencias de tu competencia. ¿Cómo te percibes? El segundo punto clave es identificar a tu cliente ideal. ¿Cómo te van a percibir tus futuros clientes/as? En la combinación de estos puntos, y mil cosas prácticas más que hay que tener en cuenta, vas a encontrar tu precio, en el que tanto tú como tu cliente vais a estar de acuerdo.
Yo hice mi estudio de mercado, analicé y reanalicé, me puse mis precios más que convencida de mi valor y de mi experiencia comprobada como secretaria de dirección. Y vaya, cuando empiezas te adaptas para tener ese primer tirón, dices que sí a trabajos porque quieres empezar y porque te suponen un trampolín. Es decir, haces concesiones en precios, en tiempos y en términos del contrato que a la larga igual no te hacen sentir cómoda.
Aquí te comparto mi primer apunte de las concesiones y los límites cuando emprendes: Empieza sabiendo que vas a hacer concesiones y con la vista puesta en tu valía profesional. Que hagas concesiones sabiendo lo que has de cobrar, lo que vale tu trabajo, es diferente a hacerlas sin saberlo, sólo porque quieres un cliente.
Después de las concesiones, límites
Las concesiones no son para siempre. Así es. Realmente es sencillísimo. Dijimos que sí a ese trabajo, fue una oportunidad, estamos agradecidísimas y ya no nos interesa. ¿También te ha pasado que hasta que te has dado cuenta han tenido que pasar unos meses? Está bien también, nos ha pasado a muchas. Ahora es el momento de recordar que somos autónomas, no trabajadoras por cuenta ajena, no somos sus empleadas, somos colaboradoras y hemos de poner límites.
Cuando un trabajo nos quita energía hay algo que no funciona bien. En este mundo, y por mucho que nuestra labor como secretarias sea primordialmente el servir para facilitar el éxito de nuestros/as clientas… No puede ser todo pedir, pedir y pedir. Cuando llega ese punto, es hora de valorarnos y hacer que nuestros clientes/as también lo hagan.
¿Cuál ha sido mi solución entre concesiones y límites?
En esta prueba/error que es emprender, mi solución ha sido desarrollar unos contratos en los que especifico un tiempo de prueba. Pasado este tiempo propongo una reunión para poner en común nuestra experiencia de colaboración, los resultados obtenidos del trabajo realizado y la negociación del precio y las condiciones. Es un tiempo de prueba para las dos partes, porque juntas (aunque no revueltas) formamos un equipo y, desde mi experiencia, debe haber armonía, comunicación y transparencia.
Tengo 15 minutos para ti si quieres compartir tus dudas sobre cómo empezar a ofrecer tus servicios de secretaria virtual: Discovery Call.
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